jueves, 27 de noviembre de 2014

Conmigo en mí.

Sí fuéramos libres,
Serías mi café de la mañana.
Si fuéramos eternos,
Veríamos llover después que llueva.
Sí nos quisiéramos,
Seríamos eternos y libres; cierrame la jaula que me siento más segura.
Ni hay amor
     Ni somos libres
          Ni eternos tampoco.
Somos solo nosotros,  queriendo jugar al azar
Solo somos nosotros jugando a escribir en cursiva.
Creyéndonos que toda la música se ha escrito para nosotros.
Creyendonos que los versos más divinos son
                                                     Para
                                                          Nosotros.
Cuando en realidad solo somos poesía desordenada ; en bolígrafo negro que queda mejor.
Y en cursiva ; que es más nuestro.

Terminate el café ; que se le van las vitaminas

martes, 18 de noviembre de 2014

¡Más alto!


Me senté a esperar el tren cómo quien espera que Dios de pruebas de su existencia,  para así,  sentirte mejor contigo mismo cuando le pides cosas y después niegas tu fe, a diferencia  que yo, mientras esperaba el tren, la única prueba que necesitaba de que el tren existía, era el viento que corría por el andén, atrayente,  suspicaz.
En aquel momento sentí miedo.
Verdaderamente,  nuestro mayor miedo, es sentirnos fuera de lugar, nuestro mayor miedo es esa fuerza desmesurada, esa que nos demuestra que nos asusta más nuestra luz, y no nuestra oscuridad.
Empequeñecerse no ayuda al mundo, no hay nada inteligente en encogerse para que los demás no se sientan pequeños a nuestro alrededor.
Estoy segura que todos deberíamos brillar como hacen los niños, de que el mundo sería un lugar mejor si todos fuéramos pisando fuerte y con la cabeza bien alta,  al dejar brillar nuestra luz, estamos dando, inconsciente, libertad al resto del mundo para ser igual de felices que nosotros.
Pero nunca,  nunca a costa de nada ni nadie

lunes, 10 de noviembre de 2014

Que pérdido esta cupido.

Que pérdido esta cupido
que ya no deja espacio a la prosa
Que ya no nos quiere

 Ojalá sigas ahí
Esperando a la noche
esperando que sus letras te traspasen
Ansiosas, vengativas, tristes.

Tengo la ilusión de que tus labios no me olviden.
Quiero que, aunque no me conozcan,
me echen de menos.

Llora conmigo,
simplemente escúchame
Escucha cómo deja de latir mi alegría
Escucha lo mal que te escribo.
Porque sinceramente..
Prefiero leerte.

Prefiero observar cómo sonríes,
imaginarme que tu sonrisa es por mí.

Prefiero tenerte, que soñar con ello.
 
Y, aún así,  después de todas mis letras,
Prefiero dejarte marchar.

Cupido,  que equivocado estabas.