sábado, 19 de abril de 2014

El tiempo pasa y tú ni te has dado cuenta.

El reloj se ha vuelto loco, las manecillas corren como si los recuerdos las reclamaran.
Y las horas pasan sin pena ni gloria en un presente que nació entre mares y terminará entre besos.
Las olas se sienten vacías, en un mar que da esperanza a quien ya la perdió antes de que el reloj diese su primera vuelta.
Las hojas del calendario van cayendo y adornan el suelo del salón, recordando minuto a minuto que el tiempo corre y que si no nos damos prisa vamos a llegar tarde.
Tarde a verte sonreír con un pequeño trozo de nosotros entre manos, tarde para ver florecer los rosales y para ver como se pinta los labios. Tarde para correr así, por que si , tarde para vivir y disfrutar como niños.

Pero demasiado pronto para ver como poco a poco sobran platos en la mesa, y faltan risas. Pronto ,demasiado pronto como para verte llorar.
Aunque, en realidad no importa cuan tarde puedas llegar ni que poco preparado estes para verle llorar.
Lo importante es ... bueno en realidad no lo sé.
Pero cuando lo sepa te lo digo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario