jueves, 25 de diciembre de 2014

No te miento, no me marcho

Poco a poco tomé la decisión de marcharme,  agarré mis zapatos nuevos por el tacón y salí de puntillas,  dejando la puerta entreabierta, por si acaso,  por si venías tras de mí. Fuera hacía demasiado frío,  y quizás,  si me hubieran dado la oportunidad de quedarme,  de volver al entrar,  lo hubiera hecho. Me dolía el pecho,  o me dolías tu, en mi pecho,  todavía no estoy segura.
Me senté en el escalón,  insegura, saque mi teléfono del bolsillo y empecé a escribir sobre tí, como si fueras tu el que tenía la culpa de todo, lo siento, lo sé,  era mi culpa, siempre fuí yo la que quiso marcharse, y lo hice, volé.
Me marché,  sin hacer ruido,  para que no te despiertes,  y,  antes de que te lo preguntes la nota de tu mesilla reza:
Buenos días amor, no te preocupes,  esta vez no rima, ni hay metáforas ni esas cosas por las que siempre me preguntas,  nada de métrica cariño.
Me voy, adiós,  búscame en pa(rí)s o mejor no me busqu(e)s,  buscala a ella,  que se lo merece más.
La única pega de todo esto, es que me desperté,  y estabas allí, abrazándome, queriendome,  bien guardada para que no me vaya, nunca lo haría tonto,  el possit cita:
Feliz navidad mi vida,  tus regalos están en el salón ¡corre!

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